miércoles, 16 de enero de 2013

Ni tanto, ni tan calvo

Como bien decía Aristóteles, "la virtud está en el término medio". En estos tiempos de tribulaciones y crisis institucionales en nuestro país se está criticando a los políticos tanto por hacer como por no hacer. Me da igual el lado ideológico que sea. Es una realidad y es un problema serio. Los medios de comunicación no hacen más que magnificar noticias que luego se quedan en nada pero que van haciendo mella en la opinión pública y la van soliviantando contra la clase política.
Como en todas las casas habrá algunos que se pasen por exceso y otros que se queden cortos por defecto. Pero no se puede ni se debe generalizar. La gran mayoría de las personas que se dedican a la política son decentes y hacen un servicio público de gran valor.
Lo que no se puede consentir es que si una persona decide dedicarse a la política toda su familia no pueda trabajar en nada porque les van a acusar de tráfico de influencias. Que no se pueda comprar un piso porque le salga más rentable que el alquiler porque le acusarán de malversación de fondos públicos. Dejar la función pública y trabajar para una empresa privada siempre y cuando la ley de incompatibilidades se cumpla porque te criticarán por recibir pago de favores anteriores.
Las leyes se deben cumplir y los estamentos que deben vigilar deben hacerlo. Considero que gran parte del problema actual es que esta gente no se ha dedicado hacer su trabajo y algunos han aprovechado esto para hacer su negocio.
Pero la clase política es necesaria. Un país dirigido por asambleas públicas sería lo más parecido a la anarquía más absoluta. 
Debemos confiar en ellos y si no cumplen con su trabajo en las próximas elecciones cambiar nuestro voto. Pero lo que no se puede hacer es no dejar gobernar a aquellos que han obtenido los votos y desde la oposición, en vez de hacer su labor de control y mejorar los proyectos con sus propuestas, se dediquen de forma torticera a una "política de guerrillas" para llegar al poder a cualquier precio.
El clima que estamos creando, todos, no favorece nada a la tan necesaria recuperación de nuestro país. Crear incertidumbres no beneficia. Debemos generar noticias positivas y aportar seguridad. De este modo saldremos.

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