viernes, 2 de agosto de 2013

Fin de la cita

En el día de ayer pude disfrutar de la comparecencia del Presidente del Gobierno de España, Sr. Rajoy, en directo en el Senado.
Era la primera vez que acudía a una sesión de este tipo y no me defraudó su resultado.
Lo primero que me sorprendió es la medida de quitar a determinado tipo de "invitados" los móviles y todo tipo de objetos para acceder a la tribuna de visitas, cuando otros sí pueden llevarlo. Me parece absurdo que unos sí y otros no. O todos o ninguno. Pero bueno. 
La importancia del día se notaba en el ambiente. Mucha prensa, muchos invitados y todos los diputados y algún que otro senador también para no perderse las explicaciones de Rajoy sobre el caso Bárcenas.
En el control policial me llevé la primera impresión de lo que la gente de a pie pensaba de lo que pasaría pocos minutos después. Uno de los policías mientras me cacheaba me dijo: "total, no sirve para nada lo que digan. Cada uno tiene su posición y no la van a cambiar por muchos datos que aporten". Y tenía toda la razón.
Rajoy salió firme y no eludiendo el motivo de la comparecencia. El discurso estuvo muy bien estructurado y argumentado punto por punto. Otra cosa es que se le crea o no. En mi caso, le creo.
Rubalcaba subió a la tribuna ya con aire de perdedor. A pesar de ello, su experiencia parlamentaria le hizo encajar bien los golpes recibidos y tuvo una buena intervención. 
Del resto de portavoces poco se puede decir. Como siempre CiU, UPyD en su línea. Los partidos minoritarios dando la nota para poder ocupar espacio en los medios de comunicación, rayando la insolencia y la descalificación zafia. De algún que otro portavoz es mejor no decir nada porque no merece ni una mención.
La frase del día resultó ser, "Fin de la cita". El equipo que trabajó en el discurso, hizo un gran trabajo recopilando citas de Rubalcaba y otros dirigentes socialistas en casos similares que el que ocupaba ayer la comparecencia. Citas que defendían a las personas implicadas por parte del PSOE y que debe ser que ellos son de otra pasta y el resto de políticos tiene que dimitir a la primera de cambio porque son culpables sí o sí.
A tenor de estas posiciones Rajoy defendió la presunción de inocencia. Yo también lo hice hace algunas jornadas en esta entrada.
No analizaré más porque los cronistas parlamentarios, tertulianos y demás prensa ya lo han hecho hasta la saciedad.
Lo que sí diré es que en muchas fases del debate el comportamiento de los diputados se asemejó a los niños en un patio de colegio. No respetando al orador de la tribuna y hablando entre ellos. Entrando y saliendo de forma continúa en el hemiciclo para ir a la cafetería (que es donde está la verdadera sustancia de las conversaciones). Creo que siendo los representantes de todos los españoles deberían tener un comportamiento más formal y más respetuoso y sobre todo que el presidente de la cámara lo haga tener.