lunes, 1 de junio de 2015

España Invertebrada, seguimos igual.

Si un ensayo de 1922, en 2015, sigue en plena vigencia, es un serio problema. Esto es lo que pasa en la España actual.
En 1922, Ortega y Gasset, publicó España Invertebrada. Un ensayo de carácter histórico pero muy pegado a la política, sobre la influencia de los regionalismos y separatismos en el devenir de la vida nacional.
Este fin de semana, se ha jugado la final de la Copa del Rey, entre dos equipos de fútbol, cuyas regiones se declaran abiertamente separatistas del Reino de España. Ya en 2009, jugaron también la final y los mismo hechos se produjeron, una pitada al himno de todos los españoles en presencia del Rey de todos los españoles. Y aunque les pese, ellos también lo son.
Una nación, que no respeta los símbolos que todos sus ciudadanos se han dado, está abocada a la mediocridad y condenada a no avanzar.
Ninguno podemos imaginar un partido de cualquier deporte en Estados Unidos, Italia, Alemania, Finlandia, Australia, Inglaterra, Argentina, Ecuador...en el que al sonar el himno nacional, los asistentes piten, insulten y se mofen de los símbolos nacionales. Pero en España, lo hacemos.
Queremos cambiar nuestro modelo de país, ser más productivos, más solidarios, más "sociales"... pero no somos capaces ni de respetar lo básico. La patria donde vivimos.
Por mucho indignado que salga a la calle, por mucha regeneración política que se haga, por mucha transparencia que se pida, por muchos cambios legislativos que se hagan, si los españoles no respetan lo que son, no tendremos solución.
Toda cultura que ha perdido los cimientos de su identidad, sus valores y sus principios, ha desaparecido.
Ojalá no nos pase eso a los españoles. Una nación que ha sido tan grande como Roma durante muchos siglos, que hemos descubierto y hecho avances para la humanidad durante siglos (Ramón y Cajal, Isaac Peral, Colón, Cervantes, Goya, Miguel Servet, Maimónides, Averroes, Juan de la Cierva...).
Es una pena que en 2015, sigamos como en 1922 y pensemos que estamos avanzando y progresando, por permitir y tolerar una falsa "libertad de expresión".