Mañana de domingo. Día soleado. Promete ser un día tranquilo. Leo la prensa en el ordenador y me encuentro con esta noticia, "Nadia la reina de los niños rateros". No salgo de mi asombro. Me cuesta creer que no se pueda hacer nada al respecto. Para empezar, expulsar a la familia con los niños del país. Cueste lo que cueste, será siempre más económico. Policías para las detenciones, informes realizados, traslados al centro de menores, tiempo de los funcionarios, etc...y para qué? Para nada. Es vergonzoso ver como cada parte involucrada en esta situación se exculpa y dispara contra el otro lado, en vez de asumir cada uno su parte de responsabilidad, dejarse de buenismos absurdos y hacer las reformas necesarias para que la ley sea efectiva y severa.
La ley debería ser modificada, para que estos casos especiales de menores, fuesen realmente castigados y encerrados una temporada. No se puede entender que una persona sea detenida 3 veces en el mismo día!!! ¿Hasta cuándo tendremos que aguantar unas leyes basadas en un buenísmo que no conduce a nada¿ ¿Será posible que alguién, contra viento y marea, tenga la determinación para atacar estre problema y darle una solución más acertada? Esperemos que sí, porque de lo contrario, España seguirá siendo el país en el que todo está permitido, como ví que se decía en una película europea, no hace mucho tiempo :"Vete a España, allí se puede hacer todo, no te lo impide nadie"
2 comentarios:
Bueno, lo único que conseguirán las autoridades, de seguir así las cosas, es que los ciudadanos se tomen la justicia por su mano, como el chico de Lazcao que destruyó una Herriko-taberna con el aplauso de la ciudadanía -incluído el mío-.
La venta ilegal de armas -escasa pero presente- terminará de hacer que ciertos barrios españoles lleguen a ser más peligrosos que el famoso "Bronx".
Lo triste sería llegar a ese punto. Creo que nuestra legislación es buena. Solamente hay que aplicarla y en algunos casos modificarla, pero rápidamente. No se puede esperar 3 años para realizar los cambios y luego no hacerlos cumplir.
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