La más que segura modificación de la actual Ley de Aborto en nuestro país, está pasando desapercibida entre elecciones, espías, cacerías y sastrerías de postín.
Lejos de hacer un debate ideológico, quiero hacer una pequeña reflexión al respecto de la modificación de la edad.
Primero decir, que dejando a un lado mis creencias religiosas, considero que un Gobierno debe gobernar para todos los ciudadanos y por tanto dotar al Estado de una legislación que permita a cada uno actuar dentro de unos límites tolerables.
Segundo, que una niña de 16 años, pueda abortar sin el consentimiento de sus padres, me parece una total aberración. Si para realizarse una operación de apendicitis o de estética, lo necesita, ¿por qué no para abortar?
Esta modificación no va encaminada a procurar una mejor ley, sino para fomentar la falta de responsabilidad en la juventud. Si no tienes que responder ante tus padres de tus irresponsabilidades, jamás te plantearás el no hacer determinado tipo de cosas o tomar determinadas precauciones antes.
Me temo que la Srta. Aído, confunde los términos libertad y libertinaje, que es a lo que llevará la aprobación de esta modificación.
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