En estos días previos a las entrañables fiestas navideñas, los madrileños, nos desayunamos con noticias relativas a cortes de tráfico de nuestras calles más míticas. La justificación, la contaminación y la masificación del vehículo en determinadas zonas de la Villa y Corte.
Bajo ésta excusa, porque no es más que una coartada, quieren hacer creer al ciudadano que pretenden mejorar la calidad del aire y dar más espacio a los peatones. Como todo lo que se quiere perpetuar en el tiempo, dicen que será "temporal". Nada más lejos de la realidad. Es un ensayo para cercenar la libertad de movilidad, en aras de una mayor salud en nuestros pulmones.
La Gran Vía madrileña, no se entiende sin vehículos. No solamente los modernos coches de motor, desde sus inicios, ha sido una calle transitada y atestada de vehículos de cada época. Una simple búsqueda en Google y las imágenes que nos devuelve están plagadas de una calle con alboroto.
El equipo de Gobierno de Ahora Madrid, no tiene ninguna intención de mejorar la calidad del aire de la ciudad, lo que pretende es coaccionar el uso del vehículo privado, porque les parece un elemento más de la casta. No busquen otra razón.
Querer mejorar la movilidad de la ciudad, implica poner los recursos para que los madrileños, podamos elegir el mejor modo de transporte en cada momento: vehículo privado, transporte público, bicicleta, etc... Pero no nos dan alternativas, simplemente prohíben y/o dificultan el uso del vehículo privado sin dar otras posibilidades.
La calle más emblemática de Madrid, la Gran Vía, arteria que ha visto crecer y modernizarse la ciudad; travesía por la que han paseado ilustres personajes de la historia patria como simples peatones escondidos entre la grandeza de los edificios que la adornan; el pasaje de la historia viva de Madrid en la que se respira la libertad más que en otro sitio de la capital, porque en ésta calle todos los sueños son posibles... pues ésta calle, dejará de ser lo que es por un capricho ideológico de Carmena y sus chicos. La Gran Vía morirá y con ella un poco de nuestras vidas. Éste el cambio que nos habían prometido, acabar con nuestra ciudad.
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