El tema de la política fiscal y los impuestos puede ser tan apasionante como una tertulia sobre fútbol una mañana cualquiera en la barra de un bar. Los partidarios de subir impuestos para mantener el sistema de bienestar social que tenemos y los "opositores", bajar para recaudar más, los encuentras como los aficionados del Madrid y el "Atleti", por doquier.
El problema que tienen ambos partidarios es que buscan un mismo fin, pero por caminos diferentes. ¿Cuál es el más adecuado? Como todo en esta vida, depende del cristal con el que se mire.
Para los defensores de subir impuestos (sobre todo a toda esa masa ingente de ricos que habita el mundo), es necesario e imprescindible que los impuestos sean altos para recaudar más y poder pagar nuestro sistema de bienestar social. O como ellos dicen, tener una redistribución equitativa de la carga impositiva... Es decir, el que más tenga que pague más (hasta aquí de acuerdo). Lo malo es que este tipo de personas son los que no tienen problemas para cambiar la residencia fiscal, de un día para otro y ya está. Que se lo pregunten a los franceses y al Sr. Depardieu.
Para los que somos defensores del Sr. Laffer y su famosa curva (nada tiene que ver con la mujer de la curva), creemos que un nivel bajo impositivo hace qué más gente pueda pagar los impuestos y por tanto, se recaude más. Si se recauda más, se sostiene mejor el sistema de bienestar. Con poca recaudación o exigiendo una mayor recaudación a menos gente, se pone en peligro el sostenimiento de este sistema.Siempre hay que ampliar la base de personas que tributan y no buscar reducirla,que es lo que realmente promueven los defensores de una "redistribución equitativa", aunque lo vistan de política solidaria.
Como bien defiende en este artículo Daniel Lacalle, lo que se tiene que conseguir es que haya más empresas, para que haya más trabajo, y por tanto más gente que pueda pagar impuestos.
Si a una causa contribuyen 100 con 1.000€ no será tan fácil mantenerla como si contribuyeran 2.000 con 70€, por simplificarlo mucho. Siempre habrá más gente que pueda pagar 70€ o que esté dispuesta a ello, que 1.000€.
Lo que no tenemos que perder de vista es que el objetivo es el mismo, mantener un gran sistema de bienestar social que nos hemos otorgado (otra cosa es que se pueda considerar una dependencia excesiva del Estado, pero esta es otra historia) y que desafortunadamente, los partidarios de subir impuestos, olvidan, diciendo que los "otros" lo único que quieren es acabar con dicho sistema. Nada más lejos de la realidad.
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