Hoy por hoy, en Madrid, todo el mundo conoce un concepto de tienda que se llama "Tiger". Ésta enseña tiene presencia en más de 15 países, más de 200 tiendas y hasta no hace mucho abría casi una tienda a la semana en la capital.
Productos de oficina, para niños, decoración y temáticos (carnaval, etc...) a unos precios muy ajustados le han hecho lograr un hueco de forma rápida en el mercado. Alguno me dijo que eran los "chinos pero con diseño nórdico".
Cada semana que pasaba he visto cómo incluían productos de "jardinería", "herramientas", etc... y siempre a unos precios imposibles de imitar por el sector del bricolaje y la ferretería.
Más de una vez he hablado con profesionales del sector sobre esta enseña y ninguno le ha prestado mucha atención. Desde mi punto de vista con mucha equivocación. ¿Cuánto vende Tiger en productos de decoración? Seguro que un buen puñado de euros. Con estar una hora en la puerta viendo el tráfico de clientes uno se da cuenta que la caja funciona bastante bien.
Todo ese dinero deja de ser gastado tanto en las tiendas de los distribuidores de bricolaje como en otros establecimientos más especializados en decoración que tiene precios superiores y/o peor localización.
Hace no mucho tiempo, escuché a un alto directivo de Leroy Merlin, decir que su competencia era todo negocio de "ocio" (cines, bares, discotecas...) en el que el consumidor se dejaba el dinero que podía gastarse en bricolaje. Por una vez vi un enfoque muy acertado para el sector en el que trabajo.
Pero solamente era una persona.
Mientras tanto, nuevos conceptos de tienda siguen comiendo la tarta del dinero del consumidor, dando mejores precios con una mejor localización, y los ferreteros y bricoladores, siguen estancados en un mismo modelo de negocio que solamente alguno se atreve a cambiar o innovar.
Y para muestra, la foto que ilustra esta entrada. Una pistola de cola termofusible a 5€. Mientras que el precio "normal" es a partir del doble en el resto de tiendas. Para un bricolador que solamente quiere hacer un proyecto en el que tenga que usar esta herramienta, será un precio más que aceptable. Podemos entrar en el debate de el tipo de cliente que quiere una tienda de bricolaje y que evidentemente no es el que se guía por el precio. Pero también se debería aportar alguna solución para aquellos que quieren desarrollar proyectos puntuales y que no quieren invertir una gran cantidad en el material necesario, ni gastar el tiempo en alquilar la maquinaria y tenerla que devolver en la tienda. Porque lo fundamental, no nos engañemos, es evitar que el cliente conozca otras opciones y nos sea infiel.
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