Estas semanas hemos tenido ciertas polémicas porque una Ministra y un Presidente de Comunidad Autónoma (ambos catalanes), han defendido el saltarse una sentencia que dice que el castellano tiene que ser lengua vehicular, al igual que el catalán, en la enseñanza en aquella comunidad española.(texto sentencia 1, texto sentencia 2ª, texto sentencia 3ª).
La totalidad de las opiniones que he visto es que los españoles nos oponemos a que Cataluña tenga su propia lengua, nada más lejos de la realidad. Esta tarde, he tenido una conversación con una amiga mallorquina y me defendía este argumento, pero centrándose en los madrileños, solamente.
El problema no es la lengua, es la libertad de elección de los padres para que sus hijos sean educados en una lengua o en otra. Y ese es el verdadero problema, la falta de libertad, que se representa en no poder elegir la lengua que uno quiere para sus hijos, la falta de libertad para rotular tu negocio en castellano, falta de libertad para contratar personal cualificado y tener que dar prioridad a otro peor pero que sepa catalán. Y podría seguir poniendo muchos ejemplos.
Respetamos la coexistencia de cada lengua en cada región, pero lo que no podemos tolerar es la falta de libertad, para que si un padre quiere que su hijo sea educado a través de la lengua oficial de todo el territorio del Reino de España, lo pueda hacer sin problema.
No es la lengua, la cuestión es la falta de libertad.
1 comentario:
Hola, aquí la amiga mallorquina.
Estoy de acuerdo con todo lo que expones excepto en lo que se refiere a mi defensa del argumento que los madrileños se oponen a que Cataluña tenga su propia lengua.
Lo que estaba tratando de defender precisamente era la libertad para rotular los productos en todas las lenguas de España por parte de una empresa privada. Reprochable y denunciable me parecería que no lo hubieran hecho en castellano, pero no entiendo porqué molesta que se haga también en las demás.
Y lo que he dicho es que, en mi opinión, a las personas de Comunidades no bilingües - y he concretado en los madrileños, cierto - les cuesta entender como "funcionamos" en las comunidades bilingües respecto a las lenguas.
Y no me extiendo más porque el jardín se vuelve frondoso... En vaya lío me has metido!
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