14 vidas han desaparecido entre África y las Islas Canarias. 14 vidas que llevaban años soñando con este viaje. 14 vidas en las que mucha gente había depositado sus esperanzas, sueños e ilusiones de un futuro mejor. 14 vidas que habían ahorrado años para poder pagar a las mafías que se aprovechan de ellos. 14 vidas de lo mejor de cada casa, cada pueblo, cada barrio, porque los que se arriesgan a cruzar son los mejores, los más valientes, los inteligentes. Los cobardes, los parias, los que no creen en ellos mismos son los que se quedan y es algo que no debemos olvidar a la hora de verles en nuestro país.
¿Cuándo se darán cuenta nuestros gobernantes de que es necesario atacar el problema en sus paises de orígen? Hace falta que la comunidad internacional trate de mejorar las condiciones de los paises de orígen de la inmigración. No demos aceptar la continuidad de este goteo de vidas cada primavera y verano.
Espero que algún día, al levantarme y leer los titulares de prensa, la noticia sea que 14 vidas regresan a su país de origen, porque ya no hace falta que se busquen la vida lejos de su casa.
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