En estos últimos días ha vuelto a la palestra el tema del acoso escolar por el desgraciado suceso de un niño de 11 años que se ha suicidado. Vaya por delante mi pésame a esos padres, que no tendrán consuelo jamás.
Sé que me voy a meter en un avispero sin salida, pero me sorprende que nadie o muy poca gente haya puesto el foco del problema en el lado de los padres también. Y ahora estoy hablando en general.
Normalmente, el comportamiento de los niños salta a la vista. Sus estados de ánimo, sus emociones, sus miedos, sus alegrías...no saben esconderlos.
Siempre me ha sorprendido al leer éstas noticias que los padres no notaron nada. ¿Cómo es posible? Si convives con tu hijo, te preocupas de tu hijo, le prestas atención y charlas con él, se me hace muy difícil pensar que no te des cuenta que tiene problemas de algún tipo y que no busques el origen de los mismos. Evidentemente esto es algo que hay que fomentar desde pequeños con ellos, tener comunicación y que te vean como una persona en la que confiar y no solamente el que reprende o no hace nada.
Casi siempre el foco se traslada al profesorado y al colegio. ¿Y el entorno familiar? Vivimos en una sociedad que no quiere asumir las responsabilidades que implican los actos y decisiones que se toman. Tener un hijo o crear una familia, es un tema muy serio. Implica un ejercicio de generosidad de por vida.
Además de formar al profesorado, ¿no será necesario que los padres acudan a "escuelas de padres" dónde se les ayude a serlo? No hay manual de instrucciones para serlo y toda ayuda es poca cuando uno se enfrenta a la cría y educación de un hijo.
La familia, sea cómo sea, debe ser el principal foco de valores y educación de los hijos, no el colegio. Al colegio se acude para obtener conocimientos y eso es algo que hemos olvidado, por propia comodidad de nuestra sociedad.