No se emocionen por el título de este post. Que la cosa no va por esos lares de la vida humana.
En dos días hemos visto cómo un Ministro de Educación, el señor Wert, ha tenido que dar marcha atrás a una medida, no solamente impopular, ilógica a todas luces.
Si de algo se ha quejado el PP durante las dos legislaturas de ZP era de cambiar las "reglas" del partido una vez iniciado el mismo. Pues bien, el señor Wert, es lo que ha querido hacer con las becas Erasmus. Estas becas llevan desde finales de los años 80 permitiendo que estudiantes de toda Europa hagan parte de sus estudios en un país diferente al suyo dentro de la UE. No solamente permite estudiar, permite aprender a vivir. Con todo, es decir, tanto para lo bueno como para lo malo. A nadie se nos escapa que todos los estudiantes que han disfrutado de este tipo de becas se lo habrán pasado en grande, pero también han vivido en otra cultura, han aprendido a sacarse las castañas del fuego y han hecho relaciones con otros jóvenes que en un futuro permitirá un mejor desarrollo profesional.
El programa Erasmus, lo mejor que tiene es eso, crear verdaderas redes de networking futuras y ampliar el bagaje humano de sus integrantes.
Lo triste es que con la escasa aportación económica que se tiene para este programa, el Ministro Wert, adalid de la excelencia y de la calidad en la educación, lo haya intentado recortar al máximo.
Otra cosa será que el año que viene habrá que pensar mejor su forma de conceder o su aportación al alumno. Pero es un programa que se debería mantener a toda costa.
Estamos a punto de empezar a tener los frutos de las primeras generaciones de "erasmus" que están entrando ahora en sus años de "oro" profesionales. Y esto se notará de forma muy positiva para ayudar en la recuperación económica de toda Europa, al tiempo.
Me alegro de la decisión y espero que para el próximo curso lo piensen antes y hagan las cosas con más cabeza.
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