En este 2013 la palabra "transparencia" la oímos como nunca antes en la vida. Podríamos hacer un juego y poner un palitos en una hoja de papel cada vez que la escuchemos. Al final del día seguro que tenemos unos cuantos folios en nuestro poder llenos de "palitos".
Nuestro Gobierno está desarrollando un proyecto de ley sobre transparencia en las Instituciones y Administraciones Públicas. Algo que es realmente necesario en los tiempos que corren. Hasta aquí todo correcto, ¿verdad?.
Pues el líder del partido que está en el Gobierno, el PP, y que a la sazón es el Presidente de España, en sus comparecencias públicas no acepta preguntas de los periodistas. No entiendo nada.
Es decir, ¿el líder de la institución que promueve la transparencia para el resto de instituciones públicas no quiere ser transparente? No tiene mucha coherencia en el ejercicio de su actividad.
Y a más. En su partido ha prometido una serie de acciones para demostrar que los escándalos de corrupción que lo salpican no son tales, pero no llegan. Cierto que algunas se han hecho pero no todas las prometidas y ya ha pasado más de un mes. Y por ende ahora se escudan en algo que criticaron al líder de la oposición, tener un formato unificado para hacer públicos esos datos.
Si desde el PP se quiere pedir transparencia, son los primeros que tienen que dar ejemplo y a su cabeza, Mariano Rajoy. Responder a todas las preguntas de los periodistas y si hace falta dar su talla de camisa. Es la única manera en que los ciudadanos, cansados de declaraciones y palabras huecas, crean en una posible regeneración de los partidos y en especial del partido que tiene la mejor preparación para devolver a España a la senda de crecimiento que nos hace falta, el Partido Popular.
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